Sunday, December 23, 2007

Felicidad/2

Texto robado pero no tanto (fue con su autorización) de una muchacha con la que charlo: (sin ediciones más que cortarle los renglones un poco como para que sea legible) (y esto es bastante bastante viejo) (rescatado de un hd casi en desuso)

no hay objetivos

el objetivo de mi vida es hacerme tan feliz como pueda. Satisfacer este instinto, y a la vez no satisfacerlo, porque si me satisfago me muero (=cumplo el objetivo de mi vida, ¿y después qué?)

Por suerte no creo que esto sea posible. La insatisfacción es la característica humana por excelencia, el deseo es "infinito y autogenerado".


Receta infalible para ser feliz
  1. Definir lo que uno quiere
  2. Creer que es posible que suceda y que uno lo merece
  3. Actuar como si hubiera sucedido o estuviera por suceder
  1. Este es el paso más dificultoso. Saber lo que uno quiere implica no sólo conocimiento de uno mismo sino autosinceridad. Son todos aspectos que pueden trabajarse por separado. Conocerse a uno mismo, escuchar su propia voz y no la avalancha de voces que hacen ecos. Identificar el deseo, acribillar al sentimiento, al impulso y ponerle un nombre. Trabajar en contra de la represión, los miedos, etc. Y luego autosinceridad. Podemos pensar que queremos algo pero quizá sólo queremos un pedazo de eso, o una sensación asociada a eso. Tendemos, por moldeamiento cultural, a ponerle otros nombres a las cosas que queremos. Esto también es un método de protección, de ser menos vulnerables; lo cual, en el caso de hablar con uno mismo no es despreciable. Los pensamientos propios también dan miedo (de hecho son los únicos...), y el cambio de uno mismo. Toda esta energía resistiva es potencialmente trabajo en la dirección que queramos. La intensidad se dirige a donde elijamos. Se podría aspirar a la sinceridad con todos, pero intuyo que esto viene "por añadidura". Por el momento, saber lo que uno quiere para sus adentros es el primer paso. Convencerse de que uno se ama a uno mismo y va a aceptarse. Mi experiencia es la siguiente: nuestros deseos etiquetados socialmente suelen tener una traducción shockeante, pero luego se vé que la raíz era "buena" ¿por qué? porque no existe la maldad. Sólo la represión, confusión y canalización errada. El paso 1 puede llevar un tiempo.
  2. Una vez identificado el deseo, no alcanza con perseguirlo. Antes hay que abrirse a la posibilidad de que ocurra. Abrirse con mente y "corazón": pensando que no es algo imposible (como nada es), y sintiendo que es lo que debe ser. Con frecuencia los pasos 1 y 2 pueden venir de la mano. Pues una vez aprendemos a querernos y conocernos, es muy natural pensar que es lo que merecemos, y que es lo lógico que suceda. Los puntos 1,2,3 se dividieron como etapas para facilitar la comprensión del proceso. Pero en un sistema ideal, todo sucede a la vez. Esto no significa que no se pueda empezar por cualquier punta. Cualquier aproximación es válida, y aporta. Todo lo que cuenta es el deseo de ser feliz. Es algo que uno tiene que hablar con uno mismo: "¿voy a ser feliz, o no? sólo depende de mí, ¿por qué voy a esperar?". En todo caso una vez tomada la decisión se puede usar esta guía o cualquiera, lo único que importa es llegar a eso, y de cualquier manera estos pasos se van a efectuar inconscientemente. (EOf Disclaimer). Por lo tanto una vez convencida el alma que es así, y no hay otra manera de que sea, se procede a lo siguiente... observación: a menudo surgirán interrogantes tales como el tema del egoísmo (¿etc?). Es esencial una buena redefinición del egoísmo (ver etimología). Por el momento, pensemos en la gente como un sistema. Nos interesa que el sistema sea cada vez más feliz. Son interdependientes con la felicidades individuales, todo suma al todo (ver Kant). Una persona tiende a la neutralidad, como mínimo. Si la persona regala energía sin internamente encontrarle provecho, sentirá carencia, energía negativa que le cobrará al mundo. Nada es gratuito, entonces las acciones rotuladas "desinteresadas" no existen. Se debe entender q ue la única manera de hacer un verdadero aporte al sistema es indirectamente con energía que "sobre". La manera de hacer feliz a otro (podríamos considerar que no existe otro, en nuestra mente son todas percepciones) es siendo feliz uno, de lo contrario no hay nada para dar. Dar "por el otro" significa esperar que el otro valide algo nuestro. No existe nada por el otro y eso no es malo, no debería existir algo por el otro, dado que de esa manera no se suma en forma individual ni general.
  3. Con la creencia a cuestas de que lo que queremos es lo lógico, esperado y necesario, no va a ser difícil actuar como si estuviera sucediendo. Una voluntad fuerte puede hacer que el sistema cambie para ella. Básicamente porque el sistema es débil, moldeable, y porque las felicidades no se pisan unas con otras. Aunque pueda parecer que sí, que algunos deben sufrir para que otros disfruten, en el seno de la cuestión todos merecemos disfrutar y cada uno se debe encargar de su propio disfrute: de manera que, si lo hace de forma adecuada, no chocará con el disfrute del otro. En el fondo del corazón de uno, los términos de felicidad se miden distinto. Un problema siempre es una invitación a disfrutar mejor, a redefinir la búsqueda. El buen disfrutador sabe entender esto. No es difícil imaginar a todas las felicidades conviviendo, es más, es LÓGICO imaginar eso. Las felicidades se potencian entre sí. La torta está, y el que quiere se sirve un pedazo. El sistema se amolda a todo el que lo desee, puede estirarse infinitamente y sin contradicciones, cumplir los verdaderos deseos de todos los que así lo quieran. Pues el otro, el mundo, existe para nosotros, o en todo caso no podemos comprobarlo. La realidad converge, el que quiera que defina la función.
Gracias Ire por tanta sabiduría (?)

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