Esta vez usé arroz parboil, que herví con mucha agua y colé.
Puse, como siempre, la cebollita de verdeo y la zanahoria cortada chiquita a rehogar en aceite
Y después le tiré el arroz cocido y revolví
Aparte, cociné dos huevos medio batidos cortándolo mientras lo cocía en pedazos chiquitos
Y los puse sobre las otras cosas
Revolví
Y serví
El Dani dice que ya me sale cada vez más parecido de facha.
Después de empezar a comer, me dí cuenta que estaba medio seca, y ya medio desilusionada por el tercer inetnto fallido y con ganas de tirar la toalla y resignarme a seguir comprándole a los chinos, me acordé que el que solemos comer es bastante más aceitocito. Así que le puse aceite al arroz ya en el plato, y la verdad es increible cómo mejoró. La textura fue totalmente otra, y supo mucho más parecido.
Además de que le faltaba un poquito de sal, me di cuenta -hacia el final del plato- que había comido un bocado que era reeeee chow fan. Creo, por lo que alcancé a descifrar de la comida en la boca -no le quise hacer caso al Dani que sugirió volverla a poner en el casi vacío plato y analizar su composición- que lo que le falta en general es gusto a huevo.
Para la próxima: más huevos, sin mezclar previamente y con un poco de sal. Y más aceite.
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