Machete para mi vejez

Hoy, queridos nietos, os contaré una historiejicilla de mi más tierna juventud.
Érase una vez la yo, y no me gustaba el agua tónica. Pero húbose una vez un amigotósfele, que convencióseme de ir a bailotear ritmos salserudos.
Viajamábamos en biciscléstatas hasta el lugarum de baillet, y, claropóndicos, llegastábamos cansadúpilos.
Érantes dos horensis en totalum de bailongué, y al médium nos tomatívamos un descansep reparadoris.
Él ya agustíaba del aguum toniceae (quizás porque apodábamusle, justiciamente, Tony), pero yot de ningunae manerum.
Mas despuéstile de algunasas oportunidearium, me decicídi a bebar aunque sea un poquidít. Y me encantórum! Porquet tantus baileae, tantis biciscléstitis, da caloretem, y el aquaa toniquer es barbarella para esor.
Y asís sucedarió que empecerré a tomarala, y me enamoureé.
Y Toorte, para el mon cumplís añen, por felicia casualtity, traxo una. Y por olvidertes o descuidorium, no la abritosamos en la fiestolar. Y entoncelo quedaticó en la helafrijadora y ayater la abriotosó el Danitu y la bebasamos y me pusio contenrúcula. :D